La bolsa de papel llega a los comercios
Teniendo en cuenta las dificultades el enorme impacto nocivo de los residuos plásticos en el medioambiente —y un futuro cada vez más cercano en el que tendremos que apañarnos sin este tipo de material— no resulta extraña la aparición y la popularidad de otros modos de cargar con nuestra compra, siendo uno de los más famosos la bolsa de papel.
Una alternativa verde
Como ya hemos dicho, el plástico es un material extremadamente nocivo y difícil de manejar una vez que se ha convertido en residuo. Las bolsas de este material no son biodegradables —¡tardan en descomponerse hasta unos 500 años!—.
Además el plástico es actualmente una de las principales fuentes de contaminación de nuestros océanos. Se calcula que aproximadamente el 80 % de los residuos que se vierten al mar son residuos plásticos, los cuales terminan creando enormes islas de basura flotante que pueden llegar a medir cientos de kilómetros.
Estos residuos plásticos pueden ser confundidos como alimento por peces, tortugas, aves y otras especies mamíferas marinas, que terminan muriendo debido a la ingesta. Esto no solo pone en peligro a cientos y cientos de especies, también reduce nuestra capacidad de pesca y propicia nuestra propia ingesta de residuos plásticos —aunque sea a escala microscópica—.
Ante este oscuro panorama para el medioambiente, surge el nuevo modelo de bolsa de papel desarrollada de forma sostenible. Esta bolsa de papel proviene de una industria que se preocupa de la fuente de la materia prima de sus sustento, que por cada árbol talado planta otros cuatro, es decir, una que industria mantiene los bosques poblados, los pulmones de nuestro planeta. Y es que renuevan el aire y absorben gran cantidad de CO2. Son bolsas que se pueden reciclar como material para fabricar más bienes o reutilizar un gran número de veces. Además, el material de la bolsa de papel es un material biodegradable que desaparecería en muy poco tiempo, transformándose en abono, si por un descuido se nos cayese al suelo en el bosque.
La bolsa de papel es muy resistente, y es que con un grosor que oscila entre los 100 y 120 gramos, es capaz de aguantar tanto un peso desde dos hasta 14 kg como la humedad que generan productos congelados.
Y por si fuera poco, la bolsa de papel es una perfecta vía de comunicación de marca para las empresas. Este tipo de bolsa permite mejores y más coloridos diseños que los que permitia la bolsa de plástico. Sin embargo es importante fijarnos en que la bolsa de papel venga avalada tanto por la certificación FSC y la PEFC.
¿Qué son la FSC y la PEFC?
La FSC es una ONG internacional que encargada de promover y asegurar la explotación sostenible con el medioambiente y eficiente económicamente de los recursos madereros. Si la bolsa de papel cuenta con su sello, se garantiza que ha sido producida de forma ecológica.
La PEFC es otro sello creado por los mismos empresarios del sector maderero y, del mismo modo, asegura el origen respetuoso con el medioambiente de los productos de papel.
Como puedes ver la bolsa de papel supone la alternativa ecológica, el sustituto lógico del plástico, el siguiente paso hacia un futuro completamente verde en el que al fin dejemos a un lado los recursos fósiles y sus productos derivados, aquellos caracterizados por su naturaleza nociva, que envenenan nuestros mares y a todas sus especies habitantes.