El coeficiente de simultaneidad, ¿qué es?

El coeficiente de simultaneidad permite dimensionar correctamente instalaciones eléctricas. Aprende cómo se calcula y cómo elegir tarifas sostenibles según tus necesidades.
El coeficiente de simultaneidad, ¿qué es?
Cuando se diseña una instalación eléctrica, ya sea para una vivienda, un edificio o incluso una industria, uno de los factores más importantes a considerar es el coeficiente de simultaneidad. Puede sonar técnico, pero es un concepto que influye directamente en cuánto pagamos en la factura de la luz, en la seguridad de la instalación y en la eficiencia energética de nuestro hogar o negocio.

En este artículo vamos a explicarte, de forma sencilla y práctica, qué es el coeficiente de simultaneidad, cómo se calcula, qué valores se consideran normales en distintos tipos de instalaciones y por qué es tan importante tenerlo en cuenta. Además, veremos cómo este parámetro se conecta con el consumo real de electricidad y cómo elegir tarifas de luz sostenibles y adaptadas a las necesidades reales de tu instalación puede ayudarte a ahorrar sin renunciar al confort ni a la eficiencia.

Qué es el coeficiente de simultaneidad en instalaciones eléctricas

El coeficiente de simultaneidad es un valor numérico que representa la probabilidad de que varios aparatos eléctricos funcionen al mismo tiempo dentro de una instalación. Este valor se utiliza para ajustar el cálculo de la potencia total que necesita una instalación, evitando sobredimensionamientos innecesarios que encarecen tanto la instalación como la factura mensual.

En otras palabras, no se trata simplemente de sumar la potencia de todos los electrodomésticos o equipos eléctricos que hay en una vivienda o edificio. Es muy poco probable que estén todos encendidos al mismo tiempo. Por eso, se aplica este coeficiente que, de forma realista, indica cuánta de esa potencia es necesario prever como demanda máxima simultánea.

Diferencia entre coeficiente de simultaneidad y factor de simultaneidad

Es habitual confundir el coeficiente de simultaneidad con el factor de simultaneidad, aunque no son exactamente lo mismo. Ambos conceptos están relacionados, pero se utilizan en contextos ligeramente distintos:

  • Coeficiente de simultaneidad: se emplea durante la fase de dimensionamiento de la instalación eléctrica. Se refiere a la proporción de la carga total que se espera que funcione al mismo tiempo.
  • Factor de simultaneidad: suele referirse a situaciones conocidas o medidas, donde ya se tiene una instalación y se analiza su comportamiento real.

Podríamos decir que el coeficiente se usa para prever y diseñar, mientras que el factor se usa para analizar o ajustar.

Cómo se calcula el coeficiente de simultaneidad paso a paso

El cálculo del coeficiente de simultaneidad es una tarea fundamental para diseñar una instalación eléctrica eficiente y segura. Aunque suene técnico, siguiendo una metodología clara se puede obtener fácilmente un valor realista que permita dimensionar adecuadamente la potencia eléctrica necesaria. A continuación, te explicamos cómo hacerlo paso a paso:

Paso 1: Suma de cargas instaladas

El primer paso consiste en identificar todos los equipos eléctricos que estarán presentes en la instalación. Esto incluye electrodomésticos, sistemas de climatización, iluminación, cargadores de coche eléctrico, etc. Una vez identificados, se suma la potencia nominal de cada uno.

Por ejemplo:

  • Nevera: 300 W
  • Horno: 2.000 W
  • Lavadora: 1.000 W
  • Aire acondicionado: 1.200 W

La suma total será la potencia instalada, es decir, la máxima potencia que se podría llegar a consumir si todo funcionara al mismo tiempo (algo que, como veremos, es muy poco probable).

Paso 2: Determinación de la carga simultánea esperada

El siguiente paso es estimar cuántos de esos equipos van a funcionar simultáneamente en condiciones normales. Aquí entra en juego la experiencia, el sentido común y, si se dispone, el histórico de consumo. No todos los aparatos funcionan al mismo tiempo, y algunos solo lo hacen por períodos muy cortos.

Por ejemplo, aunque haya un horno y una lavadora en la vivienda, no suelen utilizarse a la vez. Tampoco es habitual tener todos los sistemas de climatización funcionando en paralelo con los electrodomésticos. Este análisis permite estimar cuál será la demanda simultánea real.

Esta etapa puede apoyarse en guías técnicas, hábitos de consumo familiares o incluso en softwares de simulación eléctrica.

Paso 3: Aplicación del coeficiente de simultaneidad

Una vez conocemos la potencia total instalada y estimamos cuánta carga funcionará simultáneamente, es hora de aplicar el coeficiente de simultaneidad. Este valor puede oscilar entre 0,2 y 1, dependiendo del tipo de instalación y su uso.

La fórmula es sencilla:

Potencia demandada = Potencia total instalada × Coeficiente de simultaneidad

Ejemplo práctico:

Si la suma total de las cargas es de 10.000 W (10 kW), y se estima que el coeficiente adecuado para esa vivienda es 0,6, entonces:

Potencia demandada = 10.000 × 0,6 = 6.000W (6kW)

Este es el valor que se utilizará para dimensionar la instalación eléctrica y también puede orientar la potencia a contratar con la comercializadora.

Paso 4: Ajuste según normativa o experiencia técnica

El último paso consiste en revisar y validar los cálculos según las normativas eléctricas vigentes (como el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión) o según la experiencia del profesional que diseña la instalación.

En algunos casos, es necesario redondear la potencia demandada hacia arriba para cumplir con ciertos requisitos legales o de seguridad. Además, en instalaciones con alta criticidad (como quirófanos, servidores informáticos o maquinaria industrial), se suelen aplicar coeficientes más conservadores.

Este ajuste final asegura que la instalación sea fiable, segura y eficiente, sin sobredimensionarla ni comprometer su rendimiento.

Paso 4 ajuste según normativa o experiencia técnica

Coeficiente de simultaneidad para viviendas: valores orientativos

En instalaciones residenciales, el coeficiente de simultaneidad suele tener valores bien establecidos que sirven como orientación a técnicos, ingenieros e instaladores. No obstante, es importante entender que estos valores pueden variar según el número de viviendas, el uso de electrodomésticos, el nivel de eficiencia energética del edificio y los hábitos de consumo.

Tabla coeficiente de simultaneidad electricidad: rangos habituales

A continuación, una tabla orientativa con rangos de coeficiente de simultaneidad para distintas situaciones:

Tipo de instalación Coeficiente orientativo
Vivienda unifamiliar 0,6 – 0,8
Edificio con 5 viviendas 0,5 – 0,7
Edificio con 10-20 viviendas 0,4 – 0,6
Comunidad con más de 30 0,3 – 0,5
Instalación comercial 0,7 – 1,0
Instalación industrial 0,6 – 0,9

Estos valores no son fijos, pero sí ayudan a tener una estimación realista sobre la demanda eléctrica que se va a producir simultáneamente.

Coeficiente de simultaneidad en viviendas unifamiliares y edificios

En una vivienda unifamiliar, donde hay más control y conocimiento sobre los hábitos de consumo, es más probable que el coeficiente esté cercano a 0,7 u 0,8, ya que no suele haber gran variabilidad.

En cambio, en edificios o comunidades de vecinos, es muy poco probable que todas las viviendas demanden su máxima potencia al mismo tiempo. Por eso, en estos casos el coeficiente de simultaneidad disminuye a medida que aumenta el número de viviendas, lo que permite optimizar la potencia contratada para zonas comunes o instalaciones compartidas.

Por qué es clave dimensionar bien una instalación eléctrica

Dimensionar correctamente una instalación eléctrica no es solo una cuestión técnica, también es una decisión con consecuencias económicas, de seguridad y sostenibilidad. El diseño eléctrico debe ser preciso y adaptado al uso real que se va a hacer de la instalación, y aquí es donde el coeficiente de simultaneidad juega un papel fundamental.

Un diseño sobredimensionado, es decir, que prevé una demanda eléctrica mucho mayor de la que realmente se utilizará, conlleva varias desventajas:

  • Mayor inversión inicial: los componentes eléctricos como cables, protecciones, cuadros eléctricos, diferenciales y magnetotérmicos se seleccionan en función de la potencia prevista. Si esta potencia está inflada sin necesidad, el coste del material y la mano de obra también se dispara.
  • Potencia contratada excesiva: al prever un consumo superior al real, se tiende a contratar más potencia eléctrica de la necesaria. Esto implica pagar una parte fija de la factura más alta cada mes, aunque el consumo real sea muy inferior.
  • Impacto medioambiental innecesario: sobredimensionar significa utilizar más cobre, plástico, materiales de protección y energía en la fabricación, transporte e instalación de equipos que no se aprovecharán al 100%. Esto aumenta la huella de carbono del proyecto y reduce su eficiencia ecológica.

Por el contrario, una instalación infradimensionada, en la que se calcula una demanda inferior a la real, también puede generar problemas importantes:

  • Riesgo de cortes o disparos de protección: si la instalación no soporta la carga real que se demanda en ciertos momentos, se pueden producir interrupciones del suministro o saltos en los diferenciales y térmicos.
  • Sobrecalentamiento y fallos eléctricos: cables y protecciones insuficientes pueden sobrecalentarse al trabajar por encima de su capacidad, lo que acorta su vida útil y puede generar fallos eléctricos graves o incluso incendios.
  • Limitación del confort y la funcionalidad: una instalación mal dimensionada puede impedir el uso simultáneo de varios electrodomésticos o sistemas (como cocina, calefacción y cargador de coche eléctrico), reduciendo el confort en el día a día.

El coeficiente de simultaneidad es la herramienta que permite encontrar el equilibrio entre estos dos extremos. Aplicarlo correctamente significa ajustar la infraestructura eléctrica a la realidad de uso, ni más ni menos.

Gracias a este valor, se puede:

  • Optimizar costes sin renunciar a la seguridad.
  • Evitar sobredimensionamientos costosos.
  • Asegurar que la instalación responde correctamente ante las demandas reales de energía.
  • Mejorar la eficiencia energética y la sostenibilidad del sistema.

En definitiva, aplicar el coeficiente de simultaneidad no es solo una fórmula: es una forma de diseñar con inteligencia, cuidando tanto el bolsillo como el medio ambiente.

Cómo afecta el coeficiente de simultaneidad al consumo y a la factura

Aunque el coeficiente de simultaneidad no modifica directamente el consumo eléctrico (que depende de los aparatos que usamos y del tiempo que permanecen encendidos), sí influye de forma decisiva en la estructura de costes asociados a ese consumo. Esto se debe a que uno de los principales componentes de la factura eléctrica en España es la potencia contratada, un coste fijo que se paga mes a mes, se consuma o no la energía.

Cuando el coeficiente de simultaneidad se calcula correctamente, se puede ajustar esa potencia a la realidad de la instalación, optimizando el "gasto" mensual y evitando sobresaltos o penalizaciones por exceso de demanda. Al contrario, si no se tiene en cuenta este parámetro y se sobredimensiona, se acaba pagando de más… innecesariamente.

Relación entre potencia contratada, simultaneidad y eficiencia energética

El objetivo de aplicar bien el coeficiente de simultaneidad es sencillo: no contratar más potencia de la que realmente necesitas para que tu instalación funcione con normalidad, incluso en los momentos de máxima demanda. Este equilibrio se traduce en múltiples beneficios:

  • Contratar solo la potencia que realmente se necesita: ni más ni menos. Esto supone un ahorro inmediato en el término fijo de la factura, que puede representar una parte considerable del coste mensual, especialmente en segundas residencias o instalaciones con bajo uso.
  • Evitar cortes por sobrecarga: si el dimensionamiento es muy ajustado o inferior al real, se pueden producir desconexiones cuando varios aparatos funcionen al mismo tiempo. Un coeficiente mal aplicado puede llevar a problemas operativos incluso si se ha contratado menos potencia para ahorrar.
  • Mejorar la eficiencia energética global: dimensionar bien no solo ayuda a reducir costes, también evita el uso innecesario de recursos en la instalación y hace que los sistemas eléctricos trabajen en su rango óptimo de funcionamiento, reduciendo pérdidas y prolongando su vida útil.

Un ejemplo realista para entenderlo mejor

Imagina una vivienda que tiene una instalación total de 10 kW de potencia (sumando horno, aire acondicionado, electrodomésticos, iluminación, etc.). Sin aplicar ningún coeficiente, podría parecer lógico contratar esos 10 kW… pero en la práctica, nunca se usan todos los aparatos a la vez.

Con un coeficiente de simultaneidad bien calculado (por ejemplo, 0,5), se estima que la demanda máxima simultánea será de 5 kW. Esto significa que con una potencia contratada de 5,5 o 6 kW, la vivienda funcionará perfectamente, incluso con cierto margen de seguridad.

La diferencia económica no es menor: si contratamos 10 kW en lugar de 6 kW, estamos pagando casi el doble en el término fijo mensual, algo que, acumulado a lo largo del año, supone un "gasto" injustificado.

Además, si esa vivienda cuenta con hábitos de consumo bien definidos —por ejemplo, mayor uso por la noche, consumo reducido en horas punta, o uso de electrodomésticos programables—, se puede contratar una tarifa adaptada al perfil real, lo que multiplica aún más el ahorro. Las tarifas de luz de Acis Energía, por ejemplo, permiten aprovechar al máximo estas diferencias horarias, optimizando tanto la potencia como el precio del kWh.

Cuanto mejor conozcas tu instalación, mejor puedes ahorrar

Una instalación eléctrica que ha sido correctamente diseñada y dimensionada —aplicando coeficientes de simultaneidad adecuados— permite tomar decisiones mucho más inteligentes en la contratación de energía. Esto se traduce en una mayor eficiencia económica, energética y ambiental, tres pilares fundamentales para cualquier hogar o empresa que quiera reducir su impacto y su factura al mismo tiempo.

Por eso, si estás revisando tu instalación, si vas a reformar tu vivienda o si simplemente crees que podrías estar pagando de más por la luz, es un buen momento para analizar cómo afecta el coeficiente de simultaneidad a tu consumo… y ajustar lo necesario.

Cuanto mejor conozcas tu instalación mejor puedes ahorrar

Tarifas sostenibles adaptadas al nivel de simultaneidad de tu vivienda

Una vez se ha dimensionado correctamente la instalación y se conoce la potencia simultánea real que se necesita, llega el momento de contratar una tarifa energética que se ajuste de verdad a las necesidades de tu hogar. Aquí es donde las tarifas sostenibles de Acis Energía marcan la diferencia.

En lugar de aplicar soluciones estándar, desde Acis ofrecemos un enfoque personalizado que tiene en cuenta el perfil real de consumo, el nivel de simultaneidad y las características de cada instalación. Esto permite contratar solo la potencia necesaria, evitando excesos que encarecen la factura o carencias que afecten al confort. Además, al trabajar exclusivamente con energía 100% renovable, nuestros clientes pueden estar seguros de que su consumo no solo es eficiente, sino también respetuoso con el medioambiente.

Contamos con opciones flexibles, como tarifas variables o planas, diseñadas para adaptarse a distintos hábitos de uso y horarios de mayor demanda. Nuestro equipo técnico acompaña a cada cliente para maximizar el ahorro, tanto si hablamos de una vivienda habitual como de una segunda residencia o de un pequeño negocio.

Y si además cuentas con placas solares, sistemas de almacenamiento con baterías o estás pensando en incorporar soluciones de autoconsumo, también podemos ayudarte a integrar todo en una tarifa inteligente y bien ajustada. Porque una buena instalación empieza con un buen diseño… pero se completa con una tarifa a la altura.

¿Y tú, ya conoces el consumo real de tu instalación?

A lo largo de este artículo hemos visto que el coeficiente de simultaneidad es una herramienta clave para diseñar instalaciones eléctricas eficientes, seguras y bien dimensionadas. Permite ajustar la potencia contratada a la realidad del consumo diario, evitando pagar de más o poner en riesgo la instalación.

En Acis Energía trabajamos para que nuestros clientes disfruten de una energía responsable, eficiente y adaptada a sus necesidades reales. Contamos con tarifas de luz sostenibles y personalizadas, así como soluciones de autoconsumo, asesoramiento técnico y todo lo necesario para ayudarte a ahorrar de forma inteligente. ¿Te animas a descubrir cuánto puedes optimizar tu consumo eléctrico con un análisis personalizado?