Qué es la electrificación del hogar y qué niveles existen

Además, no todas las viviendas tienen las mismas necesidades. Un pequeño apartamento no requerirá el mismo grado de electrificación que una casa unifamiliar con piscina y sistema de aerotermia. Por eso, conocer los niveles de electrificación y qué implica cada uno es fundamental para tomar decisiones informadas. Este artículo te guiará a través de los conceptos clave sobre electrificación en viviendas, sus diferentes grados, los costes de instalación y cómo elegir tarifas de energía sostenibles según el nivel de electrificación. Porque ser eficientes también es una forma de cuidar el planeta —y el bolsillo.
Qué se entiende por electrificación y por qué es clave para el consumo del hogar
Cuando hablamos de electrificación en una vivienda, nos referimos al conjunto de instalaciones eléctricas y a la capacidad de esa casa para abastecer energéticamente todos los equipos, aparatos y sistemas que funcionan con electricidad. Esto incluye desde la iluminación y los enchufes hasta la climatización, la cocina, los electrodomésticos o los puntos de recarga de vehículos eléctricos, si los hay.
Una electrificación adecuada permite garantizar que la instalación eléctrica soporte sin problemas la demanda energética de todos los dispositivos del hogar, sin riesgos de sobrecargas o cortes. Pero además, es clave para conseguir un consumo energético responsable, ya que una buena distribución de los circuitos, una potencia contratada adecuada y la elección de energía de origen renovable puede traducirse en una importante reducción del "gasto" mensual.
Cuanto mayor es el grado de electrificación, mayor será la potencia necesaria y más circuitos requerirá la instalación eléctrica. Por eso, es importante saber cuál es tu nivel actual y si estás preparado para afrontar un cambio de hábitos hacia un modelo más eficiente y sostenible.
Niveles de electrificación: básica, elevada y superior
A la hora de clasificar la electrificación de una vivienda, el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT) establece diferentes niveles o grados según las características y necesidades del hogar. Estos grados marcan el tipo de instalación mínima necesaria para que una casa sea segura, eficiente y funcional.
Cuántos grados de electrificación hay y en qué se diferencian
Podemos hablar de tres niveles principales:
- Electrificación básica
- Electrificación elevada
- Electrificación superior (aunque esta última no está definida como tal en el reglamento, sí es reconocida de forma práctica cuando se añaden instalaciones complementarias como domótica o energía fotovoltaica)
Cada grado responde a un nivel de demanda energética diferente. Mientras que la básica cubre las necesidades mínimas de una vivienda estándar, la elevada se ajusta a hogares con más electrodomésticos, sistemas de climatización eléctrica, termos o cocinas vitrocerámicas. La superior incluye instalaciones especiales que van más allá del uso doméstico común.
Electrificación básica y electrificación elevada: características y usos
Electrificación básica
Es el mínimo exigido por normativa para una vivienda. Incluye los circuitos esenciales: iluminación, tomas de corriente generales, cocina, horno y lavadora. Es ideal para pisos pequeños con bajo consumo eléctrico y sin demasiadas exigencias técnicas.
Electrificación elevada
Incorpora más circuitos para atender necesidades mayores, como lavavajillas, secadora, aire acondicionado, calefacción eléctrica o sistemas de automatización. Es habitual en viviendas de tamaño medio o grande, que utilizan electricidad como fuente principal de energía.
La elección entre una electrificación básica y una elevada depende del tipo de vivienda, de la cantidad y tipo de electrodomésticos, y del estilo de vida de los habitantes. No es lo mismo un apartamento turístico de 40 m² que una casa habitada todo el año con calefacción por acumuladores eléctricos.
Electrificación elevada: qué implica y qué circuitos incorpora
Una instalación con electrificación elevada contempla una división del sistema eléctrico mucho más completa. Según el REBT, debe incluir al menos los siguientes nueve circuitos:
- C1: Alumbrado general
- C2: Tomas de corriente de uso general y frigorífico
- C3: Cocina y horno
- C4: Lavadora
- C5: Lavavajillas
- C6: Termo eléctrico
- C7: Secadora
- C8: Climatización
- C9: Tomas de corriente en baños y auxiliares de cocina
Esta distribución tiene como objetivo evitar sobrecargas, mejorar la seguridad y repartir el consumo de forma eficiente. Además, permite instalar de forma sencilla otros sistemas eléctricos como domótica, sistemas de ventilación o puntos de carga para vehículos eléctricos. Este tipo de instalación exige una potencia contratada mayor, generalmente a partir de 5,75 kW, aunque lo más habitual ronda entre los 6,9 y los 9,2 kW.
También requiere un diseño más elaborado, mayor sección de cableado, protecciones adicionales (magnetotérmicos y diferenciales) y, en muchos casos, un cuadro de distribución más grande.

Cuadro electrificación básica y cuadro electrificación elevada: diferencias
El cuadro eléctrico —o cuadro de protecciones— es el centro neurálgico de cualquier instalación eléctrica. Desde él se controlan, distribuyen y protegen todos los circuitos que dan servicio a una vivienda. Por eso, su diseño y configuración no solo afecta a la seguridad, sino también al confort, la eficiencia energética y la posibilidad de ampliar o adaptar la instalación en el futuro.
Cuando hablamos de los distintos niveles de electrificación, el cuadro eléctrico es una de las piezas que más cambia entre un grado básico y uno elevado. La diferencia principal radica en la cantidad de circuitos que alberga, su distribución y el tipo de protecciones que incorpora. Pero también hay otras diferencias clave que merece la pena conocer para tomar decisiones informadas.
Comparativa entre cuadro eléctrico básico y cuadro eléctrico elevado
A continuación, te mostramos una tabla comparativa clara y sencilla con las diferencias principales entre ambos tipos de cuadro, ideal para entender de un vistazo qué implica cada uno:
| Característica | Cuadro de Electrificación Básica | Cuadro de Electrificación Elevada |
|---|---|---|
| Cantidad de circuitos | 5 a 6 circuitos | 9 o más circuitos (según necesidad) |
| Uso previsto | Viviendas con equipamiento eléctrico básico | Viviendas con alto equipamiento eléctrico |
| Circuitos adicionales | No incorpora climatización, secadora ni termo eléctrico | Incluye lavavajillas, secadora, termo, climatización, etc. |
| Dimensiones del cuadro | Más compacto, menos módulos | Mayor tamaño, más módulos y espacio reservado |
| Capacidad de ampliación futura | Muy limitada | Alta capacidad de ampliación |
| Complejidad de instalación | Baja: instalación sencilla | Media-alta: requiere diseño técnico y planificación |
| Potencia habitual contratada | Entre 3,45 kW y 4,6 kW | Entre 5,75 kW y 9,2 kW |
| Tipo de protecciones | Protección general + pocos magnetotérmicos | Magnetotérmicos diferenciados por circuito + protección extra |
| Recomendado para... | Pisos pequeños o segundas residencias | Viviendas habituales con múltiples electrodomésticos |
| Consumo energético previsto | Bajo o medio | Medio-alto a alto |
¿Por qué es tan importante elegir bien el tipo de cuadro?
El cuadro eléctrico no es un elemento aislado: su configuración define cómo funcionará toda tu instalación. Si tu cuadro no está preparado para soportar los aparatos que realmente usas en tu día a día, se producirán saltos del diferencial, sobrecalentamientos y deterioro acelerado de la instalación. Además, un cuadro básico puede quedarse obsoleto si en el futuro decides electrificar aún más tu hogar (instalación de aire acondicionado, bomba de calor, cargador de coche eléctrico, etc.).
Por ejemplo, si actualmente solo usas iluminación, frigorífico, horno y lavadora, el cuadro básico puede ser suficiente. Pero si planeas instalar una cocina de inducción, termo eléctrico o climatización por aerotermia, necesitarás un cuadro preparado para electrificación elevada, o incluso más.
¿Y qué pasa si me quedo corto?
Si optas por un cuadro básico pensando que será “más barato” o “más fácil”, pero en poco tiempo aumentas tu consumo o tus necesidades, te verás obligado a realizar una ampliación de la instalación eléctrica, lo que implica:
- Nuevas rozas en paredes para cableado
- Sustitución del cuadro actual por uno más grande
- Trámites y boletín eléctrico actualizado
- Mayor coste que si lo hubieras hecho bien desde el inicio
Por eso, apostar desde el principio por un cuadro con capacidad de crecimiento es una inversión inteligente, sobre todo en viviendas nuevas o en reformas integrales.
¿Cuánto cuesta una instalación eléctrica en una vivienda?
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando se plantea renovar o instalar desde cero un sistema eléctrico es el precio. Y como suele pasar, el coste varía mucho según el grado de electrificación, la superficie de la vivienda y la calidad de los materiales utilizados.
Coste aproximado para un piso de 70 m² y factores que impactan en el precio
Para un piso de unos 70 m², el precio de una instalación eléctrica con electrificación básica puede rondar los 2.000 – 3.000 €, incluyendo mano de obra, cableado, cuadro eléctrico y protecciones. En cambio, si se opta por electrificación elevada, el coste puede subir hasta los 4.000 – 6.000 €, o incluso más si se incorporan extras como puntos de carga o domótica.
Factores que influyen en el precio:
- Tamaño y distribución de la vivienda
- Grado de electrificación (básico o elevado)
- Calidad de los materiales (cableado, protecciones, enchufes)
- Accesibilidad de la instalación (viviendas antiguas requieren más trabajo)
- Empresa instaladora y certificación del boletín eléctrico
Además del coste inicial, una instalación bien hecha puede ayudarte a ahorrar a largo plazo. Una mejor distribución de los circuitos y un diseño eficiente evita picos de consumo y mejora la durabilidad de los equipos eléctricos.
Electrificación y sostenibilidad: cómo ajustar el consumo con energía verde
No podemos hablar de electrificación sin mencionar la sostenibilidad. A medida que nuestras viviendas se electrifican más —con aerotermia, climatización eléctrica, placas solares, etc.— también es vital que esa electricidad provenga de fuentes limpias y que se utilice de forma eficiente.
Cómo elegir la potencia adecuada para evitar sobrecostes y emisiones
Uno de los errores más frecuentes es contratar una potencia demasiado alta “por si acaso”. Esto se traduce en un coste fijo mensual innecesario. Por el contrario, si la potencia es demasiado baja, saltará el ICP constantemente. Elegir bien es clave para un consumo responsable.
Además, si apostamos por energía 100 % renovable, como la que ofrecemos en Acis Energía, estaremos reduciendo nuestra huella de carbono al mínimo. En un hogar con electrificación elevada, esta decisión multiplica su impacto positivo, ya que una mayor parte de la vida diaria dependerá de esa electricidad.
La electrificación sostenible también pasa por adaptar los hábitos: aprovechar las horas valle, usar electrodomésticos eficientes, instalar sistemas de autoconsumo solar o aplicar tecnología inteligente que gestione los consumos en tiempo real.

Contratar tarifas sostenibles adaptadas al grado de electrificación
Una vez definida la instalación y la potencia necesaria, queda una parte esencial: elegir una tarifa eléctrica adaptada a tu nivel de electrificación. En Acis Energía sabemos que cada hogar es diferente, por eso ofrecemos tarifas personalizadas que se ajustan tanto a las necesidades de consumo como al tipo de energía que deseas utilizar.
Si tu vivienda cuenta con electrificación básica, probablemente puedas beneficiarte de una tarifa sencilla, con potencia menor y consumo contenido. Pero si tienes electrificación elevada, necesitarás una tarifa que soporte una potencia superior sin penalizaciones y que incentive el uso en horas valle.
Además, nuestras tarifas están pensadas para premiar el compromiso medioambiental. Ofrecemos energía 100 % renovable, tarifas indexadas para aprovechar los precios más bajos del mercado, y asesoramiento personalizado para que pagues solo por lo que necesitas, sin pagar de más ni consumir de menos por miedo al precio.
¿Preparado para electrificar tu hogar de forma eficiente?
A lo largo de este artículo hemos visto qué significa realmente la electrificación de una vivienda, cuáles son sus niveles, qué implican sus circuitos y qué costes representa adaptarla a nuestras necesidades actuales. También hemos abordado la importancia de apostar por una instalación eficiente, segura y orientada al consumo responsable, especialmente en un contexto donde la sostenibilidad energética ya no es opcional, sino urgente.
En Acis Energía te ayudamos a dar el salto hacia una electrificación inteligente y verde. Analizamos tu vivienda, estimamos tu consumo y te recomendamos la mejor solución, desde la instalación eléctrica hasta la tarifa más rentable y sostenible. Porque entendemos que ahorrar en tu factura no debe estar reñido con cuidar del planeta. ¿Ya sabes qué grado de electrificación tiene tu hogar o necesitas ayuda para descubrirlo?


