¿Los coches se reciclan? ¡Sí, te lo contamos!
Primero, descontaminar
Cuando el coche llega al desguace lo primero es descontaminarlo. Este es el primer paso antes de avanzar, ya que necesitamos retirar todos los residuos contaminantes —combustible, aceite, líquido hidráulico…— ya que estos tienen metales pesados y ácidos corrosivos. Algunos se pueden reutilizar pero otros no, la mayoría se destruyen o neutralizan mediante procesos regulados.
Segundo, despiezar
¡Ahora sí viene la parte divertida! Aquí es cuando se procede a desmontar todo el coche, parte por parte. Se extrae el motor, caja de cambios, ruedas, capó, faros… Todo aquello que tenga un estado aceptable se traslada al mercado de segunda mano. Después de aprobarlos y catalogarlos se procede a almacenar para su posterior venta. ¿Y los elementos que no pasan el test? Pasan a ser chatarra.
Tercero, fragmentación y prensado
Al quitar todo lo aprovechable dejamos únicamente lo que no: la chatarra. Esto pasa a una prensa donde el coche se convierte en un cubo de metal de aprox. 1m³. El resto de partes pasan a la fragmentadora, donde se tritura y separan los materiales para reciclar. Este aparato es capaz de separar los elementos metálicos del resto. ¿Sabías que el cableado de un coche llega hasta los 10kg?
Cuarto, reutilizar
Ahora que ya tenemos el acero del coche, pasa a ser reutilizado para alimentar fundiciones ya que es de muy buena calidad. Se volverá a usar y volverá a crearse un nuevo coche o vigas para la construcción. En el caso de las ruedas, se pueden reutilizar si su estado lo permite. Si están dañados, se trituran. Desde césped hasta carreteras, ¡puede ir a cualquier sitio!
¿Sabías que 470 botellas crean una alfombrilla de coche? Renault, Fiat y Ford aplican este método para crear opciones más sostenibles en sus coches. Y no termina ahí ya que mezclado con residuos de café —del famoso McDonald's— se crean faros un 20% más ligeros y con menor impacto en el medio ambiente.
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