Ahorro y consumo en el hogar con estos consejos básicos

Ahorrar en los suministros ahora que pasamos todo el día en casa puede parecernos complicado, no obstante, con estos pequeños consejos puedes conseguirlo.
5 may 2020
Ahorro y consumo en el hogar con estos consejos básicos
La lista de gastos que tenemos que asumir mensualmente parece no tener fin. Al alquiler o a la hipoteca hay que sumarle todos los abastecimientos de la vivienda, la factura de la luz, el gas, el seguro de la vivienda, Netflix, internet, la telefonía… no es ninguna sorpresa que más de una persona tenga complicaciones para llegar a final de mes y continuamente estemos revisando con lupa nuestras facturas para tener claro cuánto consumimos y de qué manera.

De modo que te revelamos una serie de sugerencias para poder ahorrar y reducir al máximo las facturas de la vivienda cada mes.

Lo idóneo es llevar a cabo una planificación de ahorro que nos favorezca, en la medida de lo posible, a disminuir el impacto de las subidas.

Recomendaciones sencillas para ahorrar en las facturas de tus suministros

Ahorra en calefacción:

Incrementar la calefacción un grado más puede salirte muy caro. Procura que el termostato siempre se mantenga en 21º como máximo, y disminuirlo un par de grados por la noche. Si tienes frío ponte más ropa y mitiga la suma total, es mejor ponerse un buen suéter y tener una manta disponible que abonar una desproporcionada factura a final de mes.

Por otro lado, la caldera preferentemente tendría que preservarse en 45º si quieres reducir, y de ninguna manera mayor a 60º. Intenta no tapar los radiadores, obstaculizamos la corriente de aire caliente que se propulsa por la casa, con lo cual despilfarramos la temperatura del domicilio y haremos trabajar con más energía y con un gasto superior a nuestra caldera, incrementando la temperatura al radiador.

Otra alternativa es cotejar con las diversas compañías de abastecimiento de gas y estudiar cual se ajusta mejor a nuestras necesidades, seguridad y coste.

Reduce tu factura eléctrica:

Apagar la luz siempre que salgas de un cuarto, es una forma sencilla y fundamental de ahorro, pero hay muchas otras que son fáciles de implementar y ejecutar.

Para no pagar más de lo que consumes, es primordial que tengas contratada una buena tarifa de luz y que la potencia que tengas en la vivienda sea la correcta.

Entender el recibo de la luz será de gran beneficio para anticiparnos a cobros incorrectos. Asimismo, estar al corriente de los derechos como consumidor impedirá equivocaciones a la hora de producir costes innecesarios Déjate aconsejar por un comparador objetivo y neutral que te indiquen acerca de la potencia, tarifa y otros perfeccionamientos para tu hogar.

Cómo ahorrar en el recibo de agua:

El agua es vida y es un bien muy valioso que muchas veces malgastamos en nuestro día a día. Economizar es muy fácil si sabes cómo actuar. Es uno de los suministros que menos coste nos ocasiona, pero es uno más en el listado de pagos que experimentamos a final de mes. Un proceso simple que hay que llevar a cabo para conocer si estás abonando de más es hallar posibles fugas de agua.

Darse una ducha en vez de un baño, poner el lavavajillas y la lavadora cuando la carga esté íntegra, cerrar el grifo al lavarse los dientes o cuando nos estamos enjabonando, son estratagemas básicas y muy sencillas que hacen que el agua te cunda más y reduzcas en el recibo.

Optar por la eficiencia energética en una casa es equivalente a ahorro. Modifica las bombillas de tu vivienda por unas de led. De igual modo, merecerá la pena destinar tiempo en aislar las paredes, ventanas, conductos y techos de tu domicilio. Así, obstaculizas que se evada el calor en invierno y lo complicas para que entre en los meses de calor, reduciendo así tu consumo en las facturas del gas los días de tanto frío y rehuyendo de tener que poner en funcionamiento el aire acondicionado en verano.

Escoge adecuadamente tus electrodomésticos, ya que pueden llegar a reducir hasta un 60% menos. Puede que el coste inaugural sea algo elevado, pero con el tiempo te darás cuenta que el ahorro es factible.

No olvides que lo barato sale caro